lunes, 10 de enero de 2011

BRAM VAN VELDE

  Nació en Holanda en el año 1985, desde muy joven se interesó por la pintura, en sus inicios comenzó de aprendiz en un taller de decoración, y hacia el año 1922 se marchó de Alemania para desvincularse de todo y así poder formarse como artista. Poco después se trasladó a Paris para dedicarse completamente a la pintura.
Fue un hombre tímido, solitario y muy reservado, pintaba sólo cuando sentía que realmente podía hacerlo, también tuvo una relación muy estrecha con el escritor Samuel Beckett, al que conoció en 1943, éste escribió varios ensayos sobre Van Velde.
Totalmente autodidacta, sus primeras obras las realizó bajo la influencia del expresionismo de  Munch; cuando estuvo en París dedicó una serie a la naturaleza muerta de estilo fauvista.
Comienza con su pintura abstracta basándose en Matisse y Picasso dejando a un lado la figuración; dejó de pintar durante el trágico periodo de la segunda guerra mundial, pero en 1945 lo retoma y empezó a tender a simplificar sus figuras transformándolas en formas indefinidas de diferentes colores, lo que le convertía en un precursor del arte abstracto, por aquel entonces sus obras no tenían ni profundidad ni relieve, eran irreconocibles y, a veces, poseían un aspecto violento.
Tuvo predilección por las aguadas con capas superpuestas sobre papel.
Sus obras inicialmente no tuvieron una gran acogida entre el público y fueron un auténtico fracaso, esto llevó a Van Velde a un retiro de la pintura durante 3 años, hasta que en 1958 realiza una nueva exposición en el museo Franz Mayers, a partir de ahí comenzó a alcanzar cierto éxito crítico y convertirse en una de las grandes referencias del arte en la segunda mitad del siglo XX.
En mi opinión diría que en sus pinturas intentaba expresar todo aquello que no era capaz de compartir con nadie, al ser tan cerrado al resto del mundo sólo lograba abrirse ante un lienzo. Al indagar un poco más sobre su vida he empezado a ver sus pinturas de manera distinta a como lo hacía antes, en sus obras da mucho más de lo que podamos llegar a comprender.