¿Cuántas veces te has encontrado diciendo: “Tengo que estudiar para el examen” o “Debería organizar mi armario”, y luego te has olvidado por completo o lo has dejado por otra actividad más apetecible? ¿Y cuántas veces te has enfadado contigo mismo por procrastinar? Esta palabra deriva del inglés y significa "dejar algo para más adelante constantemente".
Ante ciertas tareas que repetidamente vamos aparcando y acumulando, no queda otra solución que afrontarlas, puesto que sabemos que tarde o temprano su presencia nos va a pesar o nos va a crear un problema que posteriormente tendremos que solucionar.
Cuando nos damos cuenta de la cantidad de cosas importantes que tenemos por resolver, la situación se vuelve inmanejable y no queda otra que dejar de hacer lo que estamos haciendo para atender y resolver las actividades urgentes.
Cuanto antes nos dediquemos a realizar las tareas que nos suelen pesar, aquellas que vamos acumulando y se convierten en un lastre, antes nos liberaremos de ellas y sentiremos un bienestar y una ligereza que nos permitirán dedicarnos a esos otros asuntos que nos apetecen más.